Imaginemos que un día nos damos
cuenta que durante la unión sexual y por dentro del encuentro de nuestros
cuerpos, siempre se están uniendo nuestras almas.
¿Qué haríamos si nosotros decidiéramos
darle preferencia al encuentro de nuestras almas?
Ayudaríamos a ese encuentro y
cuando queremos ayudar y no sabemos cómo, le preguntamos a quienes mas saben de
almas.
De aquí en adelante ya todo está
fácil.
Lo mismo ocurre al alimentarnos, basta
preguntarnos cómo comería el alma para saber cómo alimentarnos y el que no sabe, si tiene interés, pregunta.
Es como todo. Cuando queremos
entrenar para un maratón, salimos a correr durante varias semanas y luego buscamos los maratonistas más expertos para
correr al lado de ellos, los estudiamos, los imitamos y les pedimos consejo. Se
desarrolla una amistad entre quienes buscan el mismo objetivo.
Caracas, 13 de marzo de 2012
Oscar Andrés Aguilar Pardo
Oscarandresaguilar@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario