Presentación
Fuente: El presente escrito está integrado por mis notas de estudio del libro “Silently Seduced. When Parents Make their Children Partners. Understanding Covert Incest”. Kenneth M. Adams, Ph.D.
Hermoso sería poder ayudar a disolver los matrimonios psicológicos entre padres e hijos para que éstos puedan vivir sus vidas en plenitud siendo dignificados como hijos con acceso a la intimidad y sana sexualidad con sus parejas.
La seducción silenciosa es el proceso por el cual los hijos
ocupan el puesto de la pareja de uno de los padres. Estamos ante una modalidad
silenciosa – encubierta de relación incestuosa.[1]
La vida de los niños queda profundamente afectada si en la
infancia y luego como adultos continúan sustituyendo como pareja al padre del
sexo opuesto.
Este tipo de relaciones, aunque con variantes de familia en
familia, generan unos síntomas que las delatan, a pesar de estar escondidas
bajo el nombre “amor” o por la “preocupación por el otro”. En el fondo lo que
existe en el infante es una sensación de ser usado y estar atrapado, un traspaso de sus fronteras.
Los síntomas de la seducción silenciosa
1.- Relación amor / odio
A menudo la persona tiene desproporcionados sentimientos de
amor y de odio hacia el padre del sexo opuesto. Por una parte siente que tiene
una relación especial y privilegiada y por la otra se siente abandonados por
nuestro padre del mismo sexo. Como consecuencia de lo anterior desarrolla
sentimientos de culpabilidad que explotan en rabietas que sólo raras veces se
expresa directamente. Masca esa rabia interiormente.
2.- Distanciamiento emocional del padre del mismo sexo.
A diferencia de la relación amor – odio en la relación con
el padre[2]
del sexo opuesto, se siente abandonado por el padre del mismo sexo. La relación
se desarrolla como si estuviera compitiendo con su padre del mismo sexo, como
si fuera un adversario. Es común sentir desprecio hacia este padre.
3.- Culpa y confusión por las necesidades personales.
Nos sentimos culpables por nuestras necesidades personales y
nos cuesta identificar cuáles son. Generalmente tratamos de “ser fuertes”,
atentos a las necesidades de los demás, estar “siempre allí” para los demás
como una forma de satisfacer nuestras propias necesidades.
4.- Sentimientos de no dar la talla.
Sentimos que no somos lo suficiente, que no valemos. Que
nuestra valía como hombre o como mujer queda determinada por lo que hacemos en
vez de por quienes somos.
5.- Múltiples relacionamientos
Se tiene una tendencia a iniciar y salir de muchas
relaciones y nunca sentirnos satisfechos. Constantemente buscamos a la pareja
perfecta o la relación perfecta. La intimidad se nos hace muy difícil.
6.- Dificultad para asumir compromisos
Generalmente somos contradictorios o ambivalentes al asumir
compromisos en las relaciones con los demás. Siempre con un pie adentro y otro
fuera “por si acaso”.
7. Compromisos precipitados
Se asumen rápidamente compromisos en una relación y luego
nos damos cuenta que no era una buena elección. Nos sentimos tan culpables de
dejar la relación que en vez de hacerlo tratamos de “hacerlo bien”.
8.- Lamentos sobre relaciones pasadas
Constantemente miramos a nuestras parejas anteriores y nos
preguntamos si no hubieran funcionado bien si hubiésemos persistido.
9.- Disfunción sexual
Nos encontramos decaídos sexualmente o atrapados en una
búsqueda compulsiva de grandes logros o conquistas. El sexo se convierte en una
adicción.
10.- Compulsiones y adicciones
Tenemos además otras compulsiones o adicciones. Quedamos atrapados
en el trabajo, el éxito, los logros. O nos encontramos adictos a la comida bien
sea por comer demasiado, no comer.
Incesto con contacto sexual; incesto abierto
Es el que ocurre cuando hay contacto sexual en una relación
de dependencia. Es caso típico es entre padres e hijo pero no es el único caso,
pues igual se considera incesto el que se da en otras relaciones de dependencia
en la que hay un vínculo emocional semejante a la de padre-hijo. Así, se
perciben como incestuosos los contactos sexuales entre un líder religioso, el
cura y los feligreses; entre el profesor y su alumno; entre el terapeuta y el
médico con su paciente.
No hay elección para el dependiente y muy rara vez el
dependiente puede enfrentar a la persona investida de autoridad.
Los niños acosados sexualmente por adultos se sienten apavorados
y degradados. La cooperación que hayan brindado no significa que les haya
gustado sino que están asustados, emocionalmente debilitados o con tantas
necesidades de afecto que no pueden decir no.
La víctima de un incesto, sea varón o niña, generalmente
reacciona asumiendo el evento como su error, como si el contacto sexual lo
hubiera provocado él o ella. La víctima se culpabiliza internamente y queda
impedida de expresar su rabia y queda atrapada en rabia, en los deseo de
venganza y odio a su persona, siendo que la expresión de su rabia es necesaria
para su curación y “dejar ir“ el evento.
El incesto al descubierto es la más pavorosa y traumática
experiencia que un niño o una niña debe soportar en su vida.
Cuando uno de los padres no defiende al hijo o cuando un
terapeuta no asume el caso que se le expuso, éstos se hacen parte del incesto.
El incesto oculto o silencioso
Las víctimas de incesto oculto o
silencioso, conocido también como abuso sexual emocional, también sufren como
las víctimas de incesto al descubierto.
Los casos de incesto silencios son
más difíciles de identificar porque no hay contacto sexual pero sí se
desarrollan sentimientos y dinámica similares.
El incesto oculto o silencioso
ocurre cuando un hijo se convierte en el objeto del afecto, amor, pasión o
preocupación del padre del sexo opuesto. El padre, motivado por su sentimiento
de soledad, de vacío interior derivado de un matrimonio crónicamente
problemático, convierte a su hijo en el substituto de su pareja.
La frontera entre querer al hijo o
amarlo incestuosamente se cruza cuando la relación con el hijo existe con el
objetivo de satisfacer al padre y no para atender las necesidades del hijo. El
hijo es utilizado por el padre del sexo opuesto para olvidar el dolor y no
mirar la realidad de su matrimonio destruido.
El niño se siente “Usado y
Atrapado”, lo mismo que sienten los niños víctimas del incesto abierto. Con el
correr del tiempo el niño pasa a atender las necesidades del padre del sexo opuesto,
lo protege y vive preocupado por su padre. Se desarrolla un “matrimonio
psicológico”. El hijo se convierte en el cónyuge sustituto de su padre.
Para el niño el amor del padre de
un matrimonio conflictivo es limitante, agobiante y no liberador; absorbente más
que nutritivo.
La relación se carga, es sexualmente
abusiva sin que existan insinuaciones sexuales, tacto sexual, ni sentimientos
sexuales conscientes por parte del padre.
Mientras la víctima del incesto
abierto se siente abusada, la víctima del incesto silencioso se siente
idealizada y privilegiada sin embargo debajo de la ilusión de ser especial
llevan rabia, odio, vergüenza y culpa.
El patrón psicológico queda:
Complacer a Mami o a Papi. El niño tiene vergüenza de satisfacer sus legítimas
necesidades.
De no ocurrir una separación se
agrava la sensación de estar atrapado en el matrimonio psicológico. Todo esto
interfiere con la capacidad de la víctima para desarrollar intimidad y sana
sexualidad.
La familia como sistema y los secretos
Mientras el abuso o el abandono en la infancia permanezcan
en secreto se recrearán los mismos eventos en la familia, generación tras
generación.
El incesto silencioso permanecerá afectando las decisiones
del infante en la elección de pareja, en las decisiones de separación y
divorcio, en su sexualidad y en cualquier intento realización emocional hasta
que se enfrenta la verdad y se resuelva.
Tristemente si nuestro propio dolor no es visto como
realmente fue, el dolor de estas relaciones incestuosas pasará de generación en
generación.
Algunas sugerencia para fomentar la separación del padres del sexo opuesto
El objetivo primordial es lograr la separación del padre del
sexo opuesto y sanar la relación con el padre del mismo sexo permitiéndonos
sentirnos vinculados. Ambos procesos deben procurarse por separado para que el
vínculo con el padre del mismo sexo sea mas intenso y haya una mayor
identificación como hombre o como mujer.
1.-Deja las adicciones.
Las adicciones te roban poder y autoridad personal, te
bloquean de tus sentimientos y de tu realidad personal y justamente para logara
la separación vas a necesitar sentirte empoderado.
2.- Deja ir la idealización que has hecho de tu padre seductor.
El exceso de atención de tu padre se debía a la búsqueda de
su propia gratificación. Reconoce que la atención que recibiste era una
transgresión a ti y un abandono. Este reconocimiento requiere de un duelo de la ida de la imagen
idealizada de la relación y debe producirte tristeza.
3.- Reconoce tu rabia hacia el padre seductor.
En un ambiente seguro o con apoyo profesional expresa toda
la rabia que puedas hacia tu padre seductor pero no se trata que se la
comuniques, pues hacerlo impide que sueltes toda la rabia que cargas.
4.- Si tu padre seductor está vivo comienza a delimitar las fronteras.
Expresa que no estás dispuesto a escuchar quejas sobre su
pareja. Lo mas seguros que tengas que fijar esta frontera varias veces.
Si comienzas a sentirte culpable recuerda que tu papel no es
ser el cónyuge de tu padre. Te pudiera convenir alejarte de este padre por un
tiempo.
5.- Sana tu relación con tu padre del mismo sexo.
Expresa tu rabia por haber sido abandonado por este padre
quien te dejó para que fueras la pareja de su cónyuge. Esto despierta mucha
cólera pero ten presente que el odio y
el desprecio son emociones que el padre del otro sexo te ha transferido e
impedirán que sanes tu relación con el padre del mismo sexo.
6.- Dedícale tiempo a estar con tu padre del mismo sexo.
Si este padre está muerto o es muy abusivo, busca una
persona que haga su papel. Muy seguramente tendrás que dejar ir este padre y la
persona a quien le pidas ayuda personificándolo te puede ayudar en este
proceso.
7.- Intégrate a un grupo de apoyo de varones o mujeres.
Esto te permitirá hablar de tu proceso de separación y
recibir apoyo.
Amate a ti mismo
Una de las consecuencias de ser victimizado es sentir que
fuiste usado, no amado. Como consecuencia de ello, te relacionas contigo mismo
y con los demás como objetos que son usados.
Probablemente has estado tratando de amarte a ti mismo ya
que nos has sentido amor por quien tú eres. Amarte es un paso importante para
amar a otro.
Una relación comprometida conlleva nutrir y desarrollar amor
entre dos personas. Dado que no fuiste nutrido por tus padres, seguramente te
es difícil recibir amor, por otra parte puede ocurrir que resientas dar amor y
que por eso te retraigas negando amor.
Comienza por “Yo me
amo a mí mismo incondicionalmente”
Hasta aquí mis notas del libro, espero que te sean útiles. Hay
mucho mas que aprender de Kenneth M. Adams, busca sus libros.
Caracas, 9 de
marzo de 2012
Oscar Andrés
Aguilar Pardo
[1]
Todas las ideas de este escrito provienen del libro “Silently Seduced. When
Parents Make their Children Partners. Understanding Covert Incest”. Kenneth M.
Adams, Ph.D.
[2]
Nota de traducción. En general la expresión “padre” refiere a padre o madre, ya
que en español no existe el equivalente para la palabra inglesa “parent” en
singular. La expresión “niño” debe entenderse como niño o niña, salvo que se
aclare en el texto.
Excelente, me lo llevo prestado al face.
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